martes, 17 de junio de 2008

El magnífico Anfiteatro Manuel Antonio Ramirez






Cuando salimos a dar un paseo por la ciudad nos encontramos con estructuras edilicias totalmente nuevas y otras como el anfiteatro Manuel Antonio Ramírez, que alguna vez fue imponente, ahora en el olvido. Desde pequeña era increíble ir a ese balcón de Posadas, con una magnifica vista al Río Paraná y al país vecino Paraguay. En conjunto con el “Parque Paraguayo”, se podía disfrutar de la grandeza de este anfiteatro construido con el fin de utilizarlo para el Torneo Argentino de Basquetbol donde se jugaría el primer torneo en la capital de Misiones en el año 1962. Con una capacidad para cientos de personas, este balcón, brindaba la sensación de apertura para realizar infinidad de viajes imaginarios a través del bravo torrente del Río corriendo a sus espaldas alimentando de aire fresco a la ciudad.

Era una sensación magnifica al ver esas escalinatas descendiendo hacia un escenario donde se llevarían a cabo miles de festivales representativos de nuestro folclore, ahora también bastante olvidado. En ese, nuestro escenario, pasaron los músicos afamados como ser Mercedes Sosa, cantante muy reconocida, Luis Landriscina, cuentista muy querido por todos, entre otros tantos símbolos del folclore que representan tanto a nuestras raíces musicales. Y se desarrollaron las innumerables fiestas de la Educación Física, en las que he participado desde chica, con compañeros de la escuela primaria, contentos de representar a nuestra escuela y llevando orgullosos nuestra insignia, admirados de ese gran público que cubría las gradas de este gigante de cemento y la sensación de pequeñez al mismo tiempo.


Y otras de las fiestas en las que no pude dejar de estar y que es muy esperada en Posadas, es la culminación de la fiesta de los estudiantes de secundaria, la Estudiantina, donde se presentan las escuelas consagradas de la ciudad y se demuestran las aptitudes artísticas en los bailes y las comparsas elaboradas por los estudiantes. Pero todo tiene un final o al menos eso parece. Con el correr del tiempo y la llegada de otras atracciones nuevas o de nuevos espacios a donde asistir en una recorrida por la ciudad, se vio modificado ese paseo por el anfiteatro y hoy ya no es lo mismo. Ya no se ve tan imponente sino más bien impotente al no poder frenar el paso del tiempo y el descuido por parte de los mismos ciudadanos, que con el olvido han llevado a este gigante a quedar de lado. Lo importante es que mantengamos vivo el recuerdo y lograr así mantener vivo a este grande de Posadas, llenándolo de música y alegría que tanto supo albergar en sus buenos años para volver a sentirnos orgullosos de el.

2 comentarios:

Leandro dijo...

hola chicos! buen blog.. me copo la idea de rescatar esos edificios.. hay varias historias escondidas... ojala no se termine en un simple trabajo de catedra..
UN ABRAZO!

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.